domingo, 31 de enero de 2010

Rosebud

Se lleva discutiendo desde hace tiempo acerca de la pérdida de intimidad que propician las nuevas redes sociales: Facebook, Twenty, etc. En general, el tono a este respecto es de alarma. Puede resultar denigrante el uso de la propia imagen por parte de terceros con la intención de ridiculizarlo (así ha ocurrido, por ejemplo, con profesores capturados por los móviles en las aulas). Esto forma parte de uno de nuestros zeitgeist y que podría describirse como un ansia de visibilidad absoluta. Sin embargo, creo que poco a poco hemos de ir asumiendo que nuestra 'imagen', entendiendo por ello nuestra 'captura' a través de medios de reproducción tecnológica, representará cada vez menos nuestra intimidad, precisamente porque nada habrá más disponible -salvo excepciones- para la creciente comunidad de los internautas que dichas imágenes. Estoy convencido de que, como tantas otras cosas, la intimidad no corre el peligro de desaparecer sino que, sencillamente, se metamorfoseará. Es muy posible que lo que acabe constituyendo nuestra intimidad sea aquello menos espectacularizable, la parte de nuestra existencia menos susceptible de acabar reflejada en una imagen. Quizás siempre haya sido así y ahora tomemos mayor conciencia de ello. Habría que hacerse preguntas como ésta: ¿qué es más íntimo, nuestro blog o nuestro perfil de facebook? Lo íntimo sería aquello que nadie contaría en una biografía, aquello que nunca captaría una cámara, esos gestos y acontecimientos insignificantes que sin embargo son los que verdaderamente nos conforman. Esa bola de cristal que custodia una casa sobre la que cae la nieve.

domingo, 24 de enero de 2010

Presentación de 'Atractores' en el Foro Artístico

El próximo jueves día 28 presentaré en el Foro Artístico de Murcia mis Atractores extraños. Será a las nueve de la noche y contaré con la presencia de Miguel Ángel Hernández Navarro y de Jesús Andrés. Este último ha elaborado una serie de dibujos inspirados en el libro. Siempre me ha interesado cómo los discursos de la imagen y del texto se entrelazan. Si la relación entre lo textual y lo visual siempre ha sido importante creo que mucho más en los tiempos que corren. En este caso la relación no es de dependencia, sino metafórica y de retroalimentación. Para decirlo con otras palabras, las imágenes de Jesús no 'ilustran' el texto, del mismo modo que los relatos no son ekfrasis de tales imágenes. Os dejo aquí con dos de ellas.



martes, 19 de enero de 2010

Un momento antes de la catástrofe

En uno de los relatos incluidos en 'Atractores extraños', el que lleva por título 11304... me propuse indagar acerca de las noticias que aparecieron el día de los atentados del once de marzo de Madrid, naturalmente antes de la catástrofe. Me interesaba saber las previsiones del tiempo, los titulares de los periódicos, incluso los crucigramas que aparecían como siempre en las últimas páginas de los diarios. Quizás en una de sus definiciones podría aparecer la clave que anticipase la tragedia que acontecería sólo unas horas más tarde. Se trataba de ir agregando piezas a un puzzle cuya imagen acabaría siendo la del horror. Con cada una de las piezas el número del título va ganando en extensión, como uno de esos irracionales inacabables donde uno no puede anticipar jamás la cifra que vendrá a continuación. Me sorprendió encontrar algunos datos, la lucidez de algunas de estas piezas. He aquí una de ellas, que me permití incluir en el relato. Se trata de una columna de opinión que apareció el mismo once de marzo en la edición digital del diario El Mundo:



Hoy se me ha ocurrido hacer algo parecido con el atentado de las Torres Gemelas. He restringido mi búsqueda a los vídeos de youtube. Introduje una cadena de búsqueda con la fecha del día anterior al atentado. Aparecen, entre otras cosas, el vídeo con la última actuación en directo de Michael Jackson. Sí, el 10 de septiembre de 2001 fue el día en el que Michael Jackson ofreció su último concierto. Por alguna razón oculta de ese relato de trama incomprensible que es la Historia, el fin de la carrera de Michael Jackson tiene que ver con el fin de una época histórica. Podríamos llamarlo el fin del pop o el fin de la posmodernidad, o como queramos. Sin duda un material fabuloso para otro relato.

miércoles, 13 de enero de 2010

What's on the mind of Bambi

Todo el mundo conoce a Bambi. Lo que no sabe todo el mundo es que Walt Disney compró por unos pocos dólares los derechos de Bambi, una vida en el bosque, el relato en el que se basa la película de dibujos animados y cuyo autor es el escritor austríaco Felix Salten. Lo que sabe menos gente todavía es que a Salten se le atribuye una de las novelas más escandalosas de la época, una historia pornográfica que sonrojaría al mismísimo Henry Miller. Esa novela se llama Memorias de Josephine Mutzenbacher. Pueden encontrar algunos capítulos de esta novela en el siguiente blog: josephinemutzenbacher.blogspot.








lunes, 11 de enero de 2010

Cosmogonías

Desde la primera cosmogonía conocida, la del dios egipcio Atum engendrando el universo a través de un acto masturbatorio (cuya genial parodia es el Cosmos de Gombrowicz) donde la consorte sería su propia imaginación, hasta la cosmogonía órfica en la que es el dios Dionisos quien origina el mundo al romper el espejo donde contemplaba absorto su reflejo, pasando por el 'estadio del espejo' de la filosofía lacaniana, siempre me ha fascinado la imagen del espejo como radical antropológico que puede ser tematizado tanto por la psicología como por el arte. Aquí ofrezco algunas imágenes que representan variantes de este mismo tema:




jueves, 7 de enero de 2010

Afectivamente correcto

El totalitarismo no tiene límites. La biopolítica continúa extendiendo sus tentáculos o palpos u 'observatorios' como ahora gusta llamarlos a lo largo y ancho del tejido social. Una vez que parece tener bajo su dominio a los cuerpos a través de la higienización y normalización de sus costumbres (peso adecuado, presión arterial adecuada, tabaquismo cero y alcoholismo moderado) le ha llegado el momento a los afectos. Se nos avecinan unos años en los que la insistencia acerca de cómo sentir será obsesiva. La justificación es, como casi siempre, la misma. La eliminación de la violencia de los afectos y la mejora de la socialización del animal humano. Ya se están imponiendo cursos de formación del profesorado donde se imparte esa 'disciplina' cuyo mayor mérito es el oxímoron que la define: la inteligencia emocional. Todo en aras, insisto, de que los profesores valoren cada vez más las aptitudes sociales y afectivas de los alumnos, algo que les resultará de gran utilidad en este mundo donde, efectivamente, la autonomía carece cada vez más de sentido y donde lo importante son las tribus reales o virtuales donde uno consiga integrarse. La crítica a esta biopolítica de los afectos no viene del lado de su imposibilidad (ya avisaba Guattari que el capitalismo es el único sistema totalitario que inhabilita al que lo sufre para ejercer la protesta), sino de su monolitismo y uniformidad. Por si el cine y la literatura normalizados no fuesen suficientes para domesticar y estandarizar los dominios emocionales, los poderes públicos han extendido su visión de lo políticamente correcto hasta llegar a lo 'afectivamente correcto'. Se pretende así uniformizar lo que en principio ha sido siempre una diversidad (maneras de amar y de odiar, de relacionarse, en definitiva), adquirida en las biosferas denominadas familia, pandilla, etc. Me viene a la memoria el estupendo corto 'Cazadores' de Achero mañas. Preguntados la mayoría de los protagonistas por qué se dedicaban a masacrar a los animales que tropezaban por el barrio, todos los preadolescentes respondían unánimemente que por diversión. Una conducta adquirida, sin duda alguna. Uno de ellos, después de acabar con la vida de un gato, llega a empatizar con el animal y comprende el sufrimiento infringido por vía directa, la de la experiencia. Memorable es la escena en el que todavía niño acude a rescatar el cadáver para ir a enterrarlo en un descampado. Cabe preguntarse qué habría sido de estos muchachos si antes hubiesen sido adoctrinados en el colegio por profesores y psicólogos acerca de la perversión de tales conductas. Un discurso, este último, que conocían por cierto a la perfección el par de psicópatas asesinos de 'Funny Games'.

viernes, 1 de enero de 2010

De simulacros

PRIMERA ITERADA

Me viene a la cabeza la frase de los hermanos Lumière tras la primera exhibición de su invento, ese tren entrando en la estación de Ciotat y causando el pánico entre los espectadores.




Tras ver aquello, los hermanos pensaron que aquel era un invento sin futuro. Con la perspectiva de los años nos sorprende sin duda esa frase que nos parece completamente alejada de los designios de la realidad. Me pregunto por qué los Lumière profirieron esa frase en apariencia tan desafortunada. No creo que fuera por el pánico desatado entre los espectadores, emoción a la que siempre se le puede sacar beneficio empresarial. Creo que se referían más bien al régimen de la imagen cinematográfica. Dicha imagen es la copia en primer grado de la realidad, algo que para un ciudadano de la época probablemente suscitaría poco interés. Resultaría anacrónico pensar que cierto tipo de arte documental pudiera interesar a alguien a finales del siglo XX. Es la ficción la que se alía de inmediato con el invento, dando lugar a las películas de Méliès:



SEGUNDA ITERADA

Unas cuantas décadas más tarde, desmentida ya de plano la frase de los Lumière, podemos contemplar imágenes como las de Cindy Sherman:



En esta fotografía es la propia Cindy Sherman la que posa imitando a Marilyn Monroe. Estamos, por tanto, ante la copia de una copia, un escalón más arriba o más abajo (si lo examinamos desde el regimen platónico de las imágenes) en el escalafón escópico de la realidad. A esto es a lo que normalmente llamamos simulacro. Este régimen de la segunda copia puede suscitar en el espectador algún género de dudas. Uno podría confundir a Cindy (a la que posa en la imagen) con la propia Marilyn. Incluso podría darse el caso de que alguien llegase a pensar que la de la imagen es la auténtica Marilyn y qué ésta que aquí aparece, por ejemplo, no es sino una mala impostora:



TERCERA ITERADA

Pues bien, algo parecido es lo que ocurre en el último libro de Daniel Kehlmann



cuando un famoso actor empieza a hacerse pasar por sí mismo en un espectáculo de dobles (sin lograr demasiados buenos resultados) y acaba siendo reemplazado en su vida cotidiana por uno de ellos. Alegoría de un tiempo en el que los simulacros se imponen a los originales. Esta historia, incluida dentro del libro de Kehlmann, me recuerda a aquella otra de Henry James en la que un pintor debe retratar a una familia aristocrática para un libro de ilustraciones. Dicho pintor intenta sin éxito llevar al lienzo a una pareja de aristócratas caídos en desgracia. La pose no llega a ser todo lo veraz que él desea. Entonces, de casualidad, aparecen un par de personajes del servicio que acaban imitando a los anteriores y con los que el pintor queda plenamente satisfecho. El relato de James es estupendo, al igual que el de Kehlmann.