miércoles, 8 de diciembre de 2010

Deseos de ser hácker

Reconozco que no me interesan demasiado las revelaciones de wikileaks, que considero que la mayoría de ellas son previsibles y que aportan más al comadreo que al verdadero debate político. Era lógico, eso sí, que en un mundo que pretende la visibilidad absoluta como mecanismo de dominio y control de almas y cuerpos, esta misma herramienta se volviese contra un poder que, si se caracteriza por algo, es por mantenerse alejado de los focos y de las cámaras que él mismo sostiene en su mano. Probablemente algo de sombra sea necesaria, no sólo para el ejercicio del poder, sino para la sencilla relación entre vecinos o amigos. Ciertamente nunca he deseado saber lo que mis amigos o vecinos digan de mí en privado siempre que pueda seguir tomándome una cerveza con los primeros y saludar cordialmente en el ascensor a los segundos. Creo que la subjetividad requiere asimismo de esa sombra, sombra que podemos denominar intimidad o vida privada o como queramos. El estado de visibilidad absoluta atacó en primer lugar a la parte más débil, a los sujetos individuales, a los viandantes y ciudadanos víctimas de cámaras de vigilancia y controles de alcoholemia y aeroportuarios. Ahora, en compensación, le toca a los centros de poder. Una por otra. Si pudiera elegir, elegiría un poco de sombra para todos, para el ciudadano de a pie y para el ejercicio del poder. Pero creo que eso no esta en mis manos, que la fuerza centrífuga se ha tornado centrípeta y que el objetivo de la cámara ha tornado a darse la vuelta para enfocar a las manos que la detentan. Como se dice, café para todos. O, más castizo: donde las dan, las toman. Es lo justo. Partiendo de mi objeción a los papeles de wikileaks, tengo que observar sin embargo, a partir de lo ya dicho, que no puedo estar de acuerdo con la estrategia de silenciamiento de dicha página ni con la prohibición de donar fondos a dicha organización a través de mastercard, visa o paypal. Parece ser que estos chicos tampoco:


martes, 23 de noviembre de 2010

El juego de los errores

Kike se pone especialmente nervioso en los supermercados. Recorre los pasillos y se detiene ante los stands donde se amontonan las mercancías. Le fascina la aglomeración de objetos idénticos. Sin ser consciente de ello le inquieta la reproducción de un mismo producto, algo que no tiene parangón en la naturaleza, salvo en el caso extraordinario de los gemelos. Los árboles de un bosque o los granos de arena no cuentan porque la proliferación tiene en este caso un objetivo claro: la configuración de un paisaje. Pero lo que ve Kike no es un paisaje, lo que ve Kike es la réplica serial, el instinto de copia gozosamente satisfecho, la intríngulis del arte moderno. Y a ello achaca su fascinación y su desconcierto. Lo que no sabe Kike es que su agitación interna y externa no se debe a la identidad sino a la diferencia, al infinitesimal matiz que separa a una lata de Coca Cola de la contigua, de una lata de sardinas de la que descansa sobre ella, un matiz que se resistiría al mayor experto en el juego de los errores. La suma de esos infinitesimales, de esos perceptos imperceptibles, como teorizara Leibniz, acaba congregándose en un acto, en un gesto involuntario, alevín que sortea la red de la conciencia. Kike, paciente agregado de mónadas, mueve los labios y canturrea frente al stand de fabada asturiana.



domingo, 21 de noviembre de 2010

The dreams you left behind

Esta semana conocí a Micah P. Hinson. Mis amigos saben que mi nivel de mitomanía es ínfimo. Suelo admirar muchísimo más a las obras que a los creadores que las han producido. Creo que nunca he hecho cola para que un escritor me firme un libro. Si un escritor quiere dedicarme un libro, pues bien, y si no, también. Pero siempre hay una primera vez. Micah P. Hinson no estaba encima de un escenario sino que presentaba un libro: "No voy a salir de aquí" (Alpha Decay). Me pareció un tipo estupendo. Su mujer estaba allí, sentada entre el público. Escondía su hermoso rostro bajo una bufanda gris que habría salvado del frío a media docena de soldados en la campaña napoleónica. De vez en cuando, sin embargo, bajaba la bufanda y ayudaba en las respuestas a Micah. Me fijé en sus mejillas coloradas y en lo feliz que parecía de estar allí acompañando a su marido. Micah también estaba contento. Micah tiene sentido del humor, aunque mi pésimo inglés me impidiera captar el sentido de muchas de sus palabras. Micah dijo que publicar un libro era mejor que cantar en un escenario. Yo no lo sé. Nunca he cantado en un escenario. Cuando cantaba lo hacía delante de unos pocos amigos, en el almacén abandonado de una carpintería. Pero me pareció sincero. Cuando llegó mi turno le dije que me alegraba de conocerle y que yo había escrito un relato titulado igual que uno de sus discos y que me habría gustado que me dedicara el libro donde estaba ese relato. Le hizo mucha ilusión eso, lo de que un español hubiese escrito un relato titulado The baby and the satellite. Escribió en su libreta el nombre de mi libro y prometió buscarlo al día siguiente. Naturalmente, me dedicó el suyo. Le di la mano a Micah y a su mujer. Me habría gustado decirle más cosas. Como por ejemplo que, exceptuando a Leonard Cohen, es el único cantautor (song writer, digamos) al que puedo escuchar. Ni siquiera al bueno de Dylan puedo aguantarle más de dos o tres canciones de corrido. Tampoco le dije que en mi relato una pandilla de japoneses se suicidan mientras escuchan su música. Ojalá me guste su libro tanto como esta canción.


martes, 16 de noviembre de 2010

Entrevista en Pliego Suelto

La estupenda y exigente revista digital de literatura Pliego Suelto publica en este número una entrevista que tiene en cuenta toda mi obra (tengo que felicitarlos, aunque sólo sea por la paciencia). Pueden leerla aquí.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Arte digital

La conferencia de ayer dentro del festival Eñe a cargo de Vicente Luis Mora (estimulante e inteligente, como siempre) acerca de cómo Google se puede convertir en una herramienta de creación (no sólo literaria) me trajo a la mente algunos proyectos de arte digital que me parecen particularmente interesantes y a los que hacía tiempo que no echaba un vistazo. Hablaré de dos de ellos.

Cory Arcangel es un programador norteamericano que usa la informática como medio artístico. La verdad es que me encantan los hackeados de juegos como el Super Mario o el F1 Racer Mod. A la nostalgia que siempre suscita el pixelado y la low tech se une cierta componente poética. El hecho de ver pasar las nubes por el cielo del videojuego o ver cómo transcurre el tiempo y el paisaje mientras se recorre una carretera vacía suscita en el espectador una emoción difícil de conseguir a través de cualquier otro medio artístico. Un remanso de paz en la vorágine de imágenes en que casi siempre acaba convertida la pantalla.





Otro proyecto que me parece interesante es el de los artistas Eva y Franco Mattes. Entre otros trabajos podemos encontrar sus Synthetic Performances, una recreación de algunas de las performamces más conocidas de la historia, con la peculiaridad de que dicha recreación tiene lugar en el universo de Second Life. Sólo se necesita un avatar para participar como actor/espectador dentro de dichas performances. Como ejemplo pueden echar un vistazo a la versión virtual de Imponderabilia, una performance realizada por Marina Abramovic en 1977. Más abajo incluyo un vídeo de la performance original. Mi recomendación es que vean al mismo tiempo estos dos últimos. La comparación resulta más que sorprendente.



sábado, 6 de noviembre de 2010

Nada es crucial


Aquí la reseña de Nada es crucial, de Pablo Gutiérrez.

sábado, 23 de octubre de 2010

miércoles, 20 de octubre de 2010

Lenguaje científico y lenguaje literario: hacia un diccionario unificado.


Imparte: Javier Moreno
Lugar: Librería Eléctrico Ardor
Horario: Cada viernes a partir del 12 de noviembre (19-20:30 horas). 12 sesiones.

¿Hasta dónde es posible hablar de inconmensurabilidad en relación a los lenguajes científico y literario?
¿Es posible elaborar un lenguaje básico de ideas/conceptos que permitan transitar ambos dominios epistemológicos?
¿Hay bases sólidas, partiendo de las ideas anteriores, para hablar de un nuevo humanismo?

Partiendo de nociones como los ‘conceptos viajeros’ (Mieke Bal), la ontología formalista de Alain Badiou o el discurso transdisciplinario (Basarab Nicolescu) intentaremos en este laboratorio elaborar un lenguaje que pueda servirnos para discutir acerca de las diferencias y semejanzas del lenguaje científico y literario. Se discutirá cómo la teoría axiomática de conjuntos puede proveer de una formalización lógica de la metáfora cuyo fundamento radicaría en la inconsistencia de todo ser (múltiple, en términos de Badiou) y su radical apertura a la alteridad. Metáfora, error, ruido, infinitesimal, autosemejanza… serán algunos de los conceptos que nos permitirán transitar de un territorio a otro, sin olvidar el estudio de textos (Mallarmé, Miroslav Holub, Roberto Juarroz, Duchamp, Poe, etc) concretos donde podremos aplicar las nuevas herramientas de lectura y crítica.

miércoles, 6 de octubre de 2010

El olvido del 'ser artista'

Alfred Jarry describe en su Gestas y opiniones del doctor Faustroll una extraña máquina ubicada en el Palacio de las Máquinas de París. La ‘máquina de pintar’, un diseño del pintor Henri Rousseau, estaría fabricada de elementos inmateriales y se encargaría de cubrir de manchas los lienzos en ausencia del ser humano. Porque, todavía no lo hemos dicho, la tarea de dicha máquina sería la de producir arte en un mundo donde ya no quedase ningún ser humano y los alrededores de dicho palacio no fuesen sino un amontonadero de escombros. Sin duda la máquina de Rousseau que es la máquina de Jarry representa como ningún otro artefacto la culminación del destino de occidente, el dominio absoluto de la técnica, el gestellen heideggeriano llevado al último extremo, donde la disposición de las cosas (ya no seres, ya no ‘entes’) hubiese prescindido del último destinatario: el hombre. Podemos ver en la máquina de Rousseau la cifra del destino de la metafísica del arte: el olvido del ‘ser artista’, el arte convertido en un automatismo capaz de prescindir del autor (algo que ya sugiere Mallarmé en su alegato a favor del azar en Un coup de dés -¿qué es el azar sino un modo aparentemente trascendente de prescindencia autorial?- y que llega hasta el shooting into the corner de Anish Kapoor). Sin duda este olvido del ‘ser artista’ no es sino una sinécdoque de la matraca heideggeriana del olvido del ser, una matraca que es el ruido de fondo de la ontología de al menos el último siglo. El artista replica a pequeña escala y de modo secularizado la cuestión teológica del dios trascendente alejado de su creación. Sólo era cuestión de dejar pasar el tiempo, el secreto de todos los contagios, incluso de los contagios poéticos. Digamos que el dios trascendente es al artista como el mundo es a la obra de arte. El hombre se retira del arte y abandona la producción de la obra a un automatismo (llámese azar, cut-up, algoritmo o liso y llano -programado, eso sí- zambombazo) para dedicarse placenteramente a su contemplación, del mismo modo que el dios trascendente contempla su creación desde la comodidad de su trono celestial, como si el destino del ser no fuese sino algo tan prosaico y humano como la vagancia. La técnica se ha revelado como el medio de conseguir que las cosas hagan cosas a las cosas. El arte es un producto más de esta cadena de la que el hombre ha dimitido para mejor poder contemplarla. Tarea cumplida. Well done. Con un par. Somos la hostia.


jueves, 30 de septiembre de 2010

Todavía sigo aquí

Tengo ganas de ver la nueva película de Casey Affleck, titulada Todavía sigo aquí. Durante algún tiempo se dudaba acerca del fake que está en la base de la película: el abandono de Joaquin Phoenix de su carrera de actor para hundirse en un submundo a años luz del glamour hollywoodiense. El propio Joaquin apareció hace un año en el programa de Letterman para anunciar su nueva condición de paria, encarnando una especie de avatar del gran Leboswki.



La audiencia y, por supuesto, el propio presentador no sospecharon que Phoenix pudiese estar representando una farsa. Apenas un año después aparece la película de Affleck (cuñado, recordemos, de Joaquin), una especie de documental que da cuenta de la degradación a la que se entrega voluntariosamente la otrora estrella cinematográfica.



Algunos espectadores y críticos sospechan. La mayoría cree sin embargo que el verdadero Phoenix es el Phoenix de la película. Hasta que hace tan sólo unos días Phoenix vuelve al programa de Letterman para pedir disculpas y reconocer que todo ha sido un montaje, una broma urdida en alguna familiar sobremesa.



Creo que lo interesante es extraer una moraleja de todo esto. Hace tiempo que -casi- nadie lee ingenuamente un periódico, conocedores como somos de que la manipulación o el partidismo pueden penetrar a través del menor resquicio de la noticia. Poco a poco nos hemos ido habituando (aunque todavía es multitud la hueste de creyentes catódicos) a que la imagen, en particular la televisiva, también puede cometer errores o mentir abiertamente. Por otra parte hace tiempo que disfrutamos las delicias del falso documental. Lo que diferencia a la película de Affleck del falso documental es que el actor desarrolla un personaje que previamente ha exhibido en 'la realidad' (al menos en la realidad televisiva). Todavía sigo aquí sirve de algún modo para inocular en el espectador de cine y, sobre todo, en el televidente, la sospecha acerca no de la verdad del cine (algo descartado casi de inmediato) sino de la verdad mediática. Cabe preguntarse, por último, hasta qué punto Joaquin finge el personaje o simplemente se ha ha dejado llevar durante un tiempo por un ímpetu metamórfico. Todavía no he visto la película, pero por si acaso prefiero quedarme con la duda.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Parecidos razonables

Entre All the lovers, de Kylie Minogue, y ese nuevo descubrimiento de una obra salida -al parecer- de las manos y los pinceles de Brueghel el Viejo (El vino en la fiesta de San Martín). Juzguen ustedes mismos:



sábado, 25 de septiembre de 2010

Finalistas del Premio Setenil

Hace unos días supe que Atractores extraños había sido seleccionado como uno de los finalistas del premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en el último año. Estoy seguro de que habrá resultado difícil discriminar estos diez libros de un total de 82 que se presentaron al certamen. Quiero tener presente a aquellos libros que han sido descartados en esta primera criba, algunos de ellos excelentes. Quiero asimismo agradecer a Susana y Gonzalo (mis editores) la confianza depositada en el libro. Gracias también a Miguel Ángel Hernández Navarro, a Jesús Andrés y a Juan Jacinto Muñoz Rengel (al que pueden ver también en la lista) por acompañarme en las presentaciones y por su trabajo. Ahora sólo resta cruzar los dedos y esperar que los astros se alineen el día del fallo.

Los hábitos del azar, Francisco López Serrano (Renacimiento).
Teoría de todo, de Paula Lapido (Tropo).
Un koala en el armario, de Ginés S. Cutillas (Cuadernos del Vigía).
Atractores extraños, de Javier Moreno (InÉditor).
Fantasías animadas, de Berta Marsé (Anagrama).
El menor espectáculo del mundo, de Félix J. Palma (Páginas de Espuma).
Azul ruso, de Patricia Esteban Erlés (Páginas de Espuma).
De mecánica y alquimia, de Juan Jacinto Muñoz Rengel (Salto de Página).
Bajo el influjo del cometa, de Jon Bilbao (Salto de Página).
El mes más cruel, de Pilar Adón (Impedimenta).

domingo, 19 de septiembre de 2010

Elegía

Reseña de Elegía, de Mary Jo Bang, en revistadeletras.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Veintidós pasos en el interior de la luz

Esto. Una cosa. Nada más sencillo. Bastarían unas pocas palabras. Como dedos tiene la mano. Adecuar el fondo a la forma. Hay cosas en la vida realmente insignificantes. Sucesos efímeros que se extinguen como el rayo. Se trata de separar el grano de la paja. El objetivo es minimizar el lenguaje que albergará un pensamiento. Que la precisión sea telos de aquello que pugna por expresarse. Lo superfluo como un vicio que aboca al pozo de lo errático. Al igual que la recta minimiza la distancia entre dos puntos del espacio. La frase ha de ser un acorde y su modelo una pulsación de armónicos. Si un hecho, una emoción o pensamiento son complejos, desgranarlos en sus componentes más simples. La estrategia a seguir es la de un oscilador más bien que la de un martillo. El mar es sabio, jamás optaría por golpear la tierra que lo circunda con una sola ola. De lo contrario corremos el peligro de desbordar el horizonte cuando no sabemos qué habrá del otro lado. Podemos, es cierto, amplificar o retraer la existencia y solazarnos con las texturas de las escalas superiores e inferiores. Pero una vez localizado el objetivo nada nos impide delimitarlo y ofrecerlo como improvisada diana a la flecha del lenguaje. La luz sin ningún dónde que aproxima el misterio de su origen a la retina ha de ser considerada nuestro maestro. Encender la luz, abrir los ojos a su destello fulgurante y, tras el deslumbramiento, atraparla para siempre tras la compuerta del párpado.

martes, 7 de septiembre de 2010

Ochomiles

Nueva columna en Culturamas.

viernes, 27 de agosto de 2010

Oscuro bosque oscuro




Sé que alguien pensará que no es lo más recomendable, tumbado en la playa o rodeado de un encantador paraje, leer un libro donde se nos narra el exterminio de una multitud de personas que merecen el mero calificativo de ‘insectos’, un libro donde los cuentos acaban tan mal como recién salidos de las manos de los Perrault, si no peor. No lo discuto. Sí daré sin embargo algunos motivos para que el lector pase por encima de estos prejuicios.

Partiendo de la convicción de que un libro es un método de protección solar superior a cualquier crema protectora creo que Oscuro bosque oscuro es un libro de fácil digestión y sin embargo altamente nutritivo. En primer lugar, es un libro escrito como si se tratase de poesía, con renglones quebrados. Pero no es esto, naturalmente, lo que asimila a este texto con la poesía sino la repetición (que alcanza hasta al propio título) de palabras y expresiones, esa aliteración que aparece siempre en los manuales como figura esencial del discurso poético. Y de lo siniestro, al decir de Freud. La historia, no engañaremos a nadie, lo es. Volpi no parece dispuesto a abandonar su fascinación por el nazismo (por el mal, sería más correcto decir, ya que a lo largo de la novela en ningún momento se mencionan ideologías, lugares ni tiempos concretos) y nos ofrece una historia donde hombres corrientes son alistados para recibir una instrucción cuya finalidad es el exterminio. Hasta ahí me permito contar.

Lo interesante, como casi siempre, no es tanto la historia, sino el modo en que está narrada, muy cerca de la oralidad y del tono de los cuentos tradicionales. El resultado: un inyectable literario de extrema pureza que transita directo hacia el imaginario del lector. Podríamos decir que Oscuro bosque oscuro es un cuento de terror para adultos. Interesante resulta asimismo cómo el autor introduce al lector en la obra, apelándolo continuamente, incluyéndolo como personaje que asiste y –tal vez- participa en la masacre, solicitando por parte del lector real un compromiso ético que lo aleja del usual efecto de ‘suspensión del descreimiento’ y que le obliga a preguntarse por su papel dentro de la historia, de toda historia, antídoto contra la generalizada condición del lector como mero espectador de la obra.

El verano, es cierto, es época propicia para la languidez y una saludable despreocupación. Conviene, sin embargo, como en esa famosa escena de Terciopelo azul, asomarse de vez en cuando bajo el césped que acaricia nuestros pies desnudos camino de la playa, la piscina o el lago.


Jorge Volpi
Editorial Salto de Página, Madrid, 147 págs.

jueves, 5 de agosto de 2010

The rampage

Traduzco dos poemas (del inglés) de Miroslav Holub. Forman parte del libro The rampage (Faber and Faber, 1997).

La polilla

La polilla
una vez abandonada su pupa
en la galaxia de harina en grano
y tarros de pringue rancio

La polilla entonces
descubre
en esta típica oscuridad
que es una especie de mariposa
pero no se lo puede creer
no se lo cree

No puede creer
que sea una diminuta
voladora, relativamente libre
polilla

Y quiere regresar
pero no hay forma

La libertad
hace temblar a la polilla
para siempre. Con esto
quiere decirse
veintidós horas


El Museo Británico

De acuerdo con las reglas de la fuga
a toda arca le llegará su ruina, la trilingüe
piedra Rosetta se romperá, la estela de Halicarnaso
volverá al polvo, los espíritus asirios de arenisca
y cabezas de águila despegarán tímidamente
los hombres tallados con cabeza de león de Ashur
estirarán la pata. La última mano de granito rojo del Coloso
de Tebas se marchará, el dios indio Harikaru cubrirá
sus ojos de ónice, los rollos de matemáticas se incendiarán
los poemas colgantes Zen se evaporarán, y el infernal juez verde
de la dinastía Ming gimoteará

El tiempo de la piedra está medido
al igual que el del mito

Tan sólo los genes son eternos
de cuerpo a cuerpo
de una raza a otra raza
en Southampton Row
de hecho
encontrarás caminando códigos genéticos de momias egipcias
ácido desoxiribonucleico del hombre de Gebelin
trazos hereditarios del hombre de Lindow
cuyos restos terrenales, cortados por la mitad por un bulldozer
engordan exitosamente bajo una campana de cristal
en Bloomsbury, de hecho, encontrarás
toda la eternidad del mundo merodeando
comprando flores negras
para el Juicio Final, menos Final
que un perrito caliente a medianoche

Así que el Museo Británico no hay que buscarlo
en el Museo Británico

El Museo Británico está en nosotros
en nuestros propios corazones
en nuestras propias profundidades

sábado, 24 de julio de 2010

Anécdotas

He aquí un nuevo artículo en la columna 'La incubadora', de culturamas.

martes, 29 de junio de 2010

Semiótica del Jabulani

Fundamentalmente son dos los vídeos que sirven para promocionar el mundial de fútbol de Sudáfrica. Uno de ellos es el Waka, waka de Shakira, el otro es el Wavin' flag del hiphopero K'naan. Aprecio dos mensajes complementarios en estos vídeos. El primero de Shakira es portador de un contenido sin duda épico. Tanto las imágenes como la letra ('batalla', 'ruedo', 'vamos por todo') pretenden dar cuenta de la gloria y -su némesis- la derrota asociada a la práctica del fútbol, del éxtasis y de la desolación del héroe futbolero. Es un vídeo para inyectar adrenalina, si no en el jugador (para eso están los tracks de Gladiator de Guardiola), al menos en el público real y -sobre todo- televisivo. Es el vídeo tras el cual uno se sienta a contemplar el partido.

El vídeo de K'naan, sin embarbo, pretende transmitir otros valores. El fútbol como comunión universal, el balón, saltando de pie a pie y de cabeza a cabeza, como metáfora de la comunión entre los pueblos. Wavin' flag (the celebration mix) (el propio título da muestras de ello) se convierte así en un mensaje evangélico que lleva a todos los pueblos del planeta la buena nueva de la pax universalis a través de la práctica del fútbol, como corresponde por otra parte al ideario buenrollista de Coca-Cola, patrocinador del vídeo. El de K'naan es un vídeo que uno se puede poner incluso aunque su equipo haya perdido el partido, como consolación y acto de fe en un más allá colmado esperanza.

Y ahora me voy a ver el partido.



domingo, 27 de junio de 2010

Los errores del copista

Traduzco (del francés) un par de fragmentos de este libro de Botho Strauss, desgraciadamente inédito en castellano. Aún en su lectura en frances Les erreurs du copiste me ha parecido un libro que quema en las manos, un libro con una carga de poesía y de pensamiento insólitas; un libro en el que, tras la lectura de cada fragmento, el lector desearía tener al autor delante para mostrar su acuerdo o todo lo contrario.

La era de la disolución (Nietzsche) no cesa. A menos que no se trate en absoluto de disolución, sino de movimientos desordenados dentro de un campo de energía más grande que, debido a nuestro deseo de certidumbre subjetiva, llamamos ‘historia’. El material que la compone poseería, antes de la falsificación del pretérito, la estructura de acontecimientos inconsecuentes que se parecen más a los saltos de orbital atómicos que a las articulaciones cronológicas. Así, al final, llegaríamos, por decirlo de algún modo, a una teoría de campo para una época dada –de este modo nos hallaríamos en una ‘historia’ completamente diferente de la que habla de la alternancia y del desarrollo de épocas.

[...]

¿Por qué no sentir cada día la omnipotencia de los fundadores? Regocijarse con la opulenta cultura de los descendientes y de las variaciones, sin olvidar enlazarlo con el original. Así cada día llegamos a cerrar el círculo del recuerdo, que no autoriza ninguna ilusión de progreso.

De repente pierdo toda distancia en relación a Baudelaire. No veo ninguna necesidad de adherirme a la diferencia de época y de individualidad, y de hacer como si no hubiese inaugurado para siempre y para todos una manera poética con la que todo individuo en su época puede adherirse, si es capaz.

Así, siendo las cosas como son, me parece a veces deseable cultivar una pasión literaria a la oriental, en la que la maestría se muestra en la proximidad al modelo y no tanto en la particularidad y la diferencia. No se trataría entonces de lograr un estilo sino de escribir partiendo de un espíritu preeminente, de una poesía potente que abandona todas las pretensiones temporales e individuales de la apariencia.


lunes, 21 de junio de 2010

A partir de una exposición de fotografía de Harold Edgerton

Cosas que no se ven

Por ejemplo
Que una gota de leche que golpea sobre una superficie
adquiere la forma exacta de la corona
del rey de corazones
Que una granada es una manzana
atravesada por una bala
Que un gato toma la leche del plato
curvando su lengua hacia atrás
Que un golfista ejecuta en su drive
una perfecta espiral de arquímedes
Que la muerte agita sus alas
a una velocidad mayor aún
que la de un colibrí














martes, 15 de junio de 2010

El grito Wilhelm

Un hallazgo asombroso, una auténtica 'pathosformel' de la postproducción:



Y para los que quieran saberlo todo sobre la historia de este grito:


Grito Wilhelm.

lunes, 14 de junio de 2010

¿La muerte del narrador?

¿Sobre qué escribir? Asunto peliagudo. En un mundo gobernado por la estupidez y la omnipresente simulación, ¿qué puede aportar un escritor? ¿Cuál es el motivo por el que uno desearía interrumpir a unos actores y subir al escenario en el que transcurre su obra? ¿No sería mejor incorporarse a ella? Ser un payaso que intenta hacer reír al resto de payasos, por ejemplo. Un narrador resulta tan prescindible en la actualidad como la vigorexia de un héroe homérico en un mozalbete de La Moraleja. Como la inteligencia, incluso. Ayuno de troyas, el musculado maromo usará su escultural cuerpo para levantar pesas y lucir figura en gimnasios y playas de moda. Habiendo renunciado a los asuntos de relevancia, la inteligencia se demora en menudencias y bizantinismos, como la cola de un pavo real reciclada en plumero de búcaros taiwaneses. Al narrador sólo le queda aquello de lo que no puede disponer la maquinaria mediática, aquello que siempre se llamó anecdótico (lo que no se daba a publicar), el microcosmos donde anidan los pequeños gestos, las ocurrencias que refracta la conciencia y la pulsión benefactora de lo íntimo.

jueves, 10 de junio de 2010

Sobre la masturbación entendida como una de las bellas artes

He aquí un artículo que recomiendo a todos aquellos que siempre disfrutaron del más auténtico de los placeres solitarios (hablo de la literatura, claro).

lunes, 7 de junio de 2010

Preferiría no ser visto

Vivimos en una época en la que la visibilidad (física, emocional…) se impone. Dicha visibilidad alcanza hasta el detalle de nuestras relaciones –redes- sociales. Quizás el ojo nunca haya conocido una avidez como la actual. A los sistemas de poder no se les escapa la potencialidad que otorgan los nuevos medios para ejercer su control y posterior represión. Controles de velocidad, cámaras de vigilancia omnipresentes, análisis para detectar la ingesta de drogas… Hasta esos cuartos de baño japoneses en los que tras hacer pis en el váter un espejo muta en pantalla donde se nos muestra el resultado del análisis de orina. Y mientras tanto un centenar de ‘poderosos’ se reúnen en Sitges (esa ciudad asociada al –cine de- terror) en absoluto anonimato, out of record, para decidir los destinos del mundo. La invisibilidad se ha convertido en un privilegio del que muy pocos pueden gozar. Metáfora de lo divino, el poderoso aspira a verlo todo sin ser él mismo contemplado. Puede decirse que acumula mayor poder aquél que más y mejor puede ver sin ser él visto. De ahí la delicuescencia e inmaterialidad del poder en estos tiempos en los que más que nunca cobramos conciencia de que los supuestos poderosos (los políticos que detentan el poder ejecutivo) no son más que títeres en manos de fuerzas oscuras e inmateriales (inmateriales por invisibles) denominados, por ejemplo, ‘los especuladores’ o ‘los mercados’. Pynchon es un escritor todopoderoso porque nadie lo ha visto nunca. El mundo no se divide entre proletarios y capitalistas, sino entre perfiles visibles e invisibles. ‘Preferiría no ser visto’ podría convertirse entonces en lo más parecido a un lema aristocrático.

lunes, 31 de mayo de 2010

Idioteca o retrato del artista incubado


Desde la antigua Grecia el filósofo o el pensador ha necesitado de ese fenómeno denominado incubación –apartamiento físico, que no espiritual- para acceder a la verdad o a sus sucedáneos. Se cuenta que Parménides se retiró a una gruta de donde salió entonando las preces de su famoso poema, Descartes se encerró en su habitación e incluso intentó cerrar las ventanas de sus sentidos para madurar el fruto de su cogito y no imaginamos al Montaigne de los ensayos de otro modo que enclaustrado en su torre. Pues bien, Raúl Quinto, iniciado en los misterios de la sabiduría, comienza su Idioteca proponiendo su propio encierro, un encierro en el salón, todas las luces apagadas salvo la fantasmagoría del televisor. El pensador atiende a la pantalla como a la nueva caverna platónica. Ahora la verdad es aliada del zapping. La pitia délfica se manifiesta a través de una echadora de cartas o –lo mismo da- de una actriz porno.

El método que usa Raúl Quinto en este libro es similar al que Warburg intentó en su Mmemosyne, la primera enciclopedia visual. Warburg coloca en uno de sus paneles (es un ejemplo) una imagen de un dado astrológico de origen egipcio junto a un juego de preguntas y respuestas con el fin de establecer entre ellos resonancias y analogías que operen más allá de las diferencias cronológicas, ejemplificación de lo que el historiador del arte llamaría pathosformel. De igual modo el Perro ahogándose en la arena sirve a Quinto para poner en relación a Goya con Klee al tiempo que se establecen secretas analogías entre el esfero parmenídeo y el balón de fútbol o entre las pinturas jeroglíficas egipcias y las posturas del jugador de póker. Se trata de un juego estético, pero quizás, elidida la metafísica de la pathosformel warburgiana, se trate del único juego que un ensayista con alma de poeta (y viceversa) como sin duda es el caso de Raúl Quinto puede tomarse en serio. La imagen dialéctica de Benjamin (que tanto debe a Warburg) se llena aquí de ironía, una mezcla explosiva para la que la teórica del arte (o, deberíamos mejor decir, de la imagen) Mieke Bal usa el concepto de preposterous, algo que tiene que ver con el ‘tiempo compartido’ (inversión o cortocircuito de la causalidad temporal) propio del barroco.

Esoterismo lúdico (‘así es arriba como es abajo’ o, más bien, ‘así fue antes como es ahora’) e investigación minuciosa y poética en el mundo del arte (donde aquí arte abarca un abanico extenso que va desde una obra perdida se Schumann hasta la satánica existencia de Ingwe Ohlin, cantante de Mayhem, pasando por el Nuevo Realismo o los personajes de la Warner). Esta Idioteca es, en definitiva, un panóptico, una especie de aleph donde los tiempos y las escenas se confunden, donde la única ley es la poesía y la tensión desplegada entre imágenes que se persiguen de forma inacabable sin origen o final posible.

viernes, 28 de mayo de 2010

El efecto Rodríguez

Les dejo un enlace de Pterodactilo, la revista del departamento de literatura hispánica y portuguesa de la universidad de Texas, donde pueden leer uno de los relatos de 'Atractores extraños'.

domingo, 23 de mayo de 2010

Lo cristalino

Una noche despertó sobresaltado sin saber por qué y de inmediato se volvió dormir. Entonces soñó que un amigo escritor describía un cuadro, figuración de un paisaje que por efectos de la perspectiva y del tratamiento de la materia del color -el óleo- representaba la visión normal de una persona. Es decir, en cierta zona de la imagen los detalles eran tan precisos como los de esos puntos donde el espectador fija la mirada, y, fuera de ese fragmento de la tela, las imágenes seguían siendo reales y precisas pero tenían la insustancialidad característica de las cosas que no entran en el foco de atención de los humanos. (Fogwill, 'Lo Cristalino').





domingo, 16 de mayo de 2010

Una historia por contar

Imagino una historia en la que una modelo de éxito ha perdido algo de extrema importancia en su profesión: la capacidad para posar ante el objetivo de una cámara. Las sesiones de fotografía dan como resultado imágenes en las que ella aparece invariablemente parpadeando o fingiendo una pose a veces artificial, a veces demasiado afectada, como la de una alumna sorprendida por una pregunta cuya respuesta desconoce. La desgracia se cebaría con la carrera profesional de la modelo. Poco a poco irían desapareciendo los encargos. Perdería su apartamento de lujo, recurriría a drogas que intentaran cortocircuitar el exceso de conciencia que la poseía en cuanto alguien esgrimía una cámara frente a ella. Pero el anonadamiento a la que la reducían esas drogas tampoco sería la solución para su problema. Desahuciada, incapaz de renunciar a los narcóticos, su cuerpo iría perdiendo poco a poco la belleza natural que atesoraba. Paseando por la calle, ante un gato que cruzara frente a ella, añoraría la elegancia natural e inconsciente del animal. El gato le parecería el animal fotogénico por antonomasia. Desearía más que nada en este mundo ser como aquel gato. Lo había sido durante mucho tiempo, pero ahora le resultaba del todo imposible. Consultaría con un experto, una mezcla de psiquiatra y chamán heredero de la escuela lacaniana. Éste le diría que sólo podía elegir entre dos posibilidades, o bien dejar que su vida cayese de lleno en la depravación (los mendigos, dijo el psiquiatra, poseen asimismo una naturalidad desconcertante en las fotografías), o bien iniciar un camino intelectual que no omitiese los últimos avances de la matemática y de la filosofía. La naturalidad, añadiría el psiquiatra, era privativa del animal y del ser extremadamente complejo. Los extremos se tocaban después de recorrer una curva infinita. Sí, creo que algún día escribiré la historia de la modelo que pierde el don de posar ante las cámaras.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Velludas musas

Cada vez es más frecuente ver en la televisión escenas de entrenamientos de futbolistas. Es ya casi un tópico de final de telediario ver a los jugadores en actitudes displicentes, juguetonas, como si asistiéramos al retozar de un grupo de cachorros sobre una tupida alfombra. Ésa es la impresión que tiene -si quiera inconsciente- el espectador al contemplar la escena. Vemos a humanos que casi dejan de serlo (dejando aparte sus deshumanizados sueldos) por su absoluta inocencia, apartados de las veleidades de la política y de la crisis económica. Miramos al televisor y estamos viendo a unas musas velludas trotando con absoluta despreocupación por los verdes pastos del Helicón. No nos damos cuenta, pero estamos contemplando un relajante paraíso. Nosotros también queremos pellizcarnos las nalgas y dar volteretas sobre un suelo fresco y mullido y reír y reír, a salvo de todo peligro. ¿No es así, muchachos?


jueves, 6 de mayo de 2010

El Paráclito explicado a los niños o 'in facebook we trust'



Fijémonos en la llama que sobrevuela las cabezas de los apóstoles, llama que alumbra pero que no llega a quemar las santificadas coronillas. El cristianismo aporta al pensamiento comunitario una novedad absoluta respecto a sus antecesores culturales. La idea de que, allá donde se encuentren los apóstoles y seguidores de Cristo, separados incluso por miles de kilómetros de distancia, éstos forman una comunidad, una comunidad de ‘conectados’. Esta conexión viene dada por el Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad. Paráclito, etimológicamente, significa ‘aquél que es invocado’. Estar ‘conectado’ tiene que ver entonces con una disposición a ser llamado. Es preciso, en términos icónicos, disponer de esa llamita en la coronilla. Búsquensela con la ayuda de un espejo. La cristiana es la primera comunidad de carácter globalizante, verdaderamente ecuménica, que no exige a sus miembros ningún condicionante racial ni territorial. La comunidad cristiana es la primera comunidad virtual, convocada en la festividad de Pentecostés por el Paráclito. El Espíritu Santo, esa cosa en principio tan difícil de explicar y de entender, no es sino el espíritu virtualizante, la fuerza capaz de crear comunidades asistemáticas (que no están ‘contadas’ por el sistema, llámese a ese sistema país o imperio), no representadas (al final el cristianismo cayó, eso sí, en la tentación y optó por representarse a través de una figura papal y un (micro)estado: el Vaticano). El Espíritu Santo es equivalente al teorema de teoría de conjuntos conocido como ‘teorema del punto de exceso’. Este teorema afirma que todo conjunto posee partes que no le pertenecen. Algo semejante a lo que ocurre en Facebook. Los conectados, los así llamados ‘amigos’ forman una comunidad virtual (un Él paraclíteo y tercerpersonalizado), siempre dispuestos sus integrantes a ser convocados por otro ‘tú’ amigo. En facebook no hay llamas en las coronillas sino una lucecita verde junto a la imagen de perfil. Cuando menos lo esperamos desciende sobre nosotros la paloma. Es entonces cuando leemos en nuestra ventana de chat aquello de hola, qué tal?

martes, 4 de mayo de 2010

Entrevista a Pola Oloixarac

En el siguiente enlace pueden encontrar una entrevista a la escritora Pola Oloixarac, autora de la novela 'Las teorías salvajes' (Alpha Decay, 2010).

http://www.deriva.org/entrevistas/entrevistas.php?PHPSESSID=855bf7efd6448da3069420ed014cdcae


domingo, 2 de mayo de 2010

La muerte del post

Mucho tiempo hace que se habla del final de la novela, hasta el punto de que se ha convertido en un género por sí mismo. Echando la vista atrás, tan sólo en unos pocos meses han aparecido al menos dos obras (El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan, libro de relatos de Patricio Pron y Dublinesca, la última novela de Enrique Vila-Matas) donde se tematiza no ya la muerte de la novela, sino, algo más grave y acuciante, la muerte de la literatura.



Dicho esto, lo que llama más la atención es la calidad literaria de ambas obras. Como en un movimiento apotropaico (llevado a lo literario), el hablar de la muerte de la literatura parece implicar un redoble de los esfuerzos por salvarla de la extinción. Alguien podría pensar que se trata de algo propio del canto del cisne, más hermoso cuanto más próximo a la agonía. No es mi caso. Creo que conviene traer muy a propósito la teoría del ‘suplemento’, expuesta por Derrida en su De la gramatología. Allí elabora dicha teoría al hilo de la lectura de Rousseau. Derrida llega a la conclusión de que el origen (ideológico, estético, moral) siempre está desplazado y que no puede hacer otra cosa en su mostración que suplementarse. Suplemento es precisamente la palabra que usa Rousseau para referirse al acto masturbatorio (uno desearía siempre amar a una mujer hermosa, pero en su defecto, ya saben…).



Rousseau prioriza el habla frente a la escritura, y a ello dedica sus Confesiones, cree en la bondad de la naturaleza pero sin embargo escribe el Emilio para justificar un tipo de ‘educación natural’. Pues bien, volviendo al asunto inicial, mi tesis es que la literatura siempre ha estado al borde de la desaparición o, dicho de otra manera, que su aparición tiene lugar siempre aneja a un vacío que amenaza con atraparla. Pero, me adelanto a la posible pregunta, ¿de qué sería suplemento la literatura? Yo diría que la literatura es precisamente el suplemento del propio lenguaje, es decir, el lenguaje-buscando-su-origen-y-diciendo-su-imposibilidad-de-decirlo (perdonen el heideggerianismo). Los lenguajes periodísticos o científicos no requieren suplemento (de manera explícita cifran su origen en la actualidad o en algún aspecto de la naturaleza), todo lo contrario del lenguaje literario que se sustenta sobre un origen indescifrable que es a un tiempo la amenaza de su desaparición. La amenaza de lo literario proviene de lo alingüístico, de lo asignificante. Para decir este sin sentido y al mismo tiempo exorcizarlo, para eso usamos las palabras.

miércoles, 28 de abril de 2010

Kobo abe en Revista de letras

Pueden encontrar una crítica del último libro de Kobo Abe 'Idéntico al ser humano' en el siguiente enlace:

http://www.revistadeletras.net/identico-al-ser-humano-de-kobo-abe/

domingo, 25 de abril de 2010

Maneras de agarrarse (cuando uno enferma)

En muy pocos días han llegado a mis manos dos libros publicados por la editorial La Bella Varsovia. Son los libros de Luna Miguel y Cristina Morano. Creo que no fuerzo la analogía si digo que Estar enfermo y El arte de agarrarse tienen mucho en común. Los dos libros hablan de las heridas físicas y psicológicas que produce la vida, hablan de la enfermedad (algo que ya tematizó Nietzsche) como de un motor doloroso de escritura, escritura que vendría a ser de algún modo cura o al menos paliativo de dicha enfermedad. Son libros directos, confesionales, donde las poetas exponen sin exhibicionismos ni estridencias sus llagas, con la suficiente contención como para que el lector se adentre en ellas y descubra en esas heridas ajenas algo de las propias.



Hypocondriaque

garganta vacía, blando, duro, cabeza.
garganta seca, fiebre, sueño, tripa.
tengo todos los síntomas, sueño todas
las enfermedades, sangre, frío, azúcar.

no estoy enamorada.
(Luna Miguel, Estar enfermo)




Las cordilleras de la noche

Voy a hablar de otra forma.

Reescribo una y otra vez los versos,
pero de qué hablarán.
Alargo
las manos y las crestas de la oscuridad
me cortan al asirme.
Lady Day cabalga el dragón,
el arqueado lomo de los animales
que hemos imaginado para describir el desastre:
la herida que no sigue una línea razonable,
pues no sangra ni cura ni cicatriza.

Hoy hablaré de otra manera,
termino de escribir un diecisiete
de julio del cincuenta y nueve:
el hígado de Billie Holiday
se colapsa tres veces esta noche.
Los médicos encuentran
inútil la reanimación.
Sólo hay un policía vigilándola,
por favor, cogedme la mano
mientras caigo
.

Cuando agarro la oscuridad,
los peñascos me hieren en los dedos,
con los ojos abiertos miro
a través de las sombras,
hacia las cordilleras de la noche.
De sus bosques regresa lo pasado,
las funciones del cuerpo rotas
y esa forma brutal que la desesperanza
impone en las maneras de los solos.
(Cristina Morano, El arte de agarrarse)

miércoles, 21 de abril de 2010

Resonancias de José Luis Brea y Martín Rodríguez-Gaona

Pienso en el tema muy a menudo. El tema son las redes sociales y la poesía. Hace poco que he leído dos libros que tratan el tema, conjuntamente o por separado. Los dos tienen títulos largos. Son Las tres eras de la imagen: Imagen-materia, film, e-imagen y Mejorando lo presente, poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes. El primero es obra de José Luis Brea y el segundo de Martín Rodríguez-Gaona. Puedo decir que los dos me han parecido espléndidos. El libro de José Luis Brea es un auténtico manual de la imagen, un libro luminoso, lleno de ideas estimulantes, un libro de los que a mí me gustan, de los que te hacen levantar la cabeza del texto al menos dos o tres veces cada página; pero, sobre todo, se trata de un libro escrito con una prosa brillante (algo infrecuente en tantísimos libros de ensayo). No sé si es porque el tema me toca en lo más íntimo (del pensamiento), pero esta obra de José Luis Brea me parece radical e imprescindible, como un sistema de coordenadas plantado en el centro de los discursos acerca de la imagen. No estoy de acuerdo con todo lo que dice este libro, desde luego. No lo estoy, por ejemplo, con la loa a la transparencia, a la visibilidad absoluta como una especie de mesianismo político y estético. No en lo político, al menos. La visibilidad es una especie de pharmakon derridiano, de indecidible que incorpora un aspecto salvífico indisolublemente unido a un rostro de control biopolítico. A veces lo que es bueno para la estética no es bueno para la política, y viceversa (Platón sabía mucho de esto último). En cuanto al libro de Rodríguez-Gaona, me parece uno de los estudios más fiables y acertados de la poesía de los últimos años, algo así como un corte epistemológico en el flujo de la poesía española. Faltan nombres, desde luego, pero que alguien me muestre una antología (y este libro es, desde luego, mucho más que una antología) donde no ocurra lo mismo. Me interesa, sobre todo, de este libro el análisis final acerca de los caminos hacia donde transita o puede transitar la poesía actual. Y esto emparenta con mi inquietud inicial, la que daba o pretendía dar origen a este post. Hay partes del libro de Martín que, me parece, guardan relación con otros de los del libro de José Luis Brea. Ambos libros tratan de las redes virtuales, como se muestra en este par de fragmentos:

coalición 2.0: (pequeña) teoría de las multitudes interconectadas

... nada de ello se estabiliza, nada cobra cuerpo simbólico, nada cristaliza en la forma de una identidad cumplida y cerrada, en la clausura de un nombre propio. No, esto no escenifica una u otra identidad colectiva fijable, no es el nombre de un Sujeto de la Historia trascendente y autónomo, recursivo, anclado a una u otra bioterritorialidad -aquí no hay nada de nación, de etnia, de clase, de unidad de destino en la historia, nada de todo eso-. No: aquí no hay más que un momento de giro, una economía de afectos censada por lo inaprensible de un tiempo intensivo, el requiebro de un puro dibujo aéreo que reúne y dispersa en décimas de segundo una multiplicidad indeclinable de movimientos autónomos conjugados, de trayectorias convergentes en instantes de negociación magnética, de líneas de vidas cruzadas que son, a cada momento y simultáneamente, líneas de fuga. (Las tres eras de la imagen)

La red en este aspecto simplemente amplía tecnológicamente el tradicional boca a boca que tan determinante ha sido en la industria del libro y en la esfera política. No se debe de dejar de tener en cuenta, por lo tanto, que el paso del siglo XX al siglo XXI representa la transformación de mercados de producción masiva a otros de producción personalizada, una circunstancia irrenunciable para la industria editorial y la institucionalidad literaria. (Mejorando lo presente, poesía española última)

Y esto me lleva de nuevo al tema del principio, al hecho de que, como afirma Martín, los poetas tengan (tengamos) que 'producir' de manera personalizada a nuestros lectores en medio de la decapitación creciente de los discursos críticos legitimadores que predominaban hasta ahora (crítica de suplemento, discurso universitario, etc) y su proliferación a través de portales especializados, blogs... Está claro que el oficio poético se ve mezclado y contaminado con una política de la amistad/afectividad que convendrá no perder de vista (Eloy Fernández Porta es quizás una de las antenas privilegiadas que se erigen en este dominio). Me consuela darme cuenta de que Martín Rodríguez-Gaona no sólo no olvida la lectura solitaria del libro de poesía, sino que la cree necesaria. De hecho, dicha lectura solitaria se impone como el objetivo último de todo el juego social de legitimaciones y seducciones que implica la red social. Puede que sea éste un terreno lleno de equívocos y arenas movedizas, pero que sin duda se extiende ante nosotros, a un tiempo, como un territorio colmado de sugerentes oportunidades.

martes, 13 de abril de 2010

Rencontres, again

Como todos los años acudo fiel a mi cita con los Recontres Paris/Berlin/Madrid, en particular con la muestra que se exhibe en el edificio de la antigua tabacalera. La oscuridad y la humedad -casi insalubre- del lugar proporciona a la visita el encanto del que visita una caverna para contemplar bisontes (virtuales en este caso). Se produce en el espectador esa extraña mezcla de lo ctónico y lo digital, algo con lo que yo disfruto sobremanera. Como siempre, hay cosas descartables, pero, también como siempre, nunca salgo del edificio de la tabacalera sin la sensación de haber encontrado algo insólito, estimulado por una emoción estética que no puede proporcionarme la pintura ni la música ni el cine ni si quiera la literatura. Creo que el arte digital es en realidad un nuevo arte, emancipado del resto, dotado de su propia musa, una musa hecha de cables y cuya piel tiene el tacto del cristal líquido. De todo lo que he visto me quedo con la instalación de Ryoji Ikeda, consistente en capturar masas de información en tiempo real y convertirlas en patrones musicales y visuales como los que aparecen en el vídeo. Algo alucinante. Creo que el datamatic (el software usado por Ikeda para llevar a cabo su proyecto) funciona de modo parecido al que usa la naturaleza para producir muchas de sus formas. En particular formas como los remolinos en al agua o la oscilación de un péndulo. A partir de fuerzas caóticas a nivel molecular (información, ruido blanco), la materia logra organizarse en una estructura reconocible, una forma emergente que sólo es un síntoma de la complejidad del nivel microcósmico. Creo, insisto, que Ikeda logra producir un efecto similar a través de su obra. A mí, desde luego, así me lo parece.

jueves, 8 de abril de 2010

Tambores y metrónomos

Por supuesto, simultanéenlos.



domingo, 4 de abril de 2010

La poesía es algo grande y discreto

Estuvimos en Roma S. y yo. Y disfrutamos de lo lindo. Roma es una ciudad llena de cosas extrañas que no aparecen en ningún mapa, en ninguna guía. Descubrimos, por ejemplo, que la cúpula de San Pedro es una obra de arte camaleónica, capaz de responder de inmediato a los cambios en la tonalidad del cielo. Descubrimos también que San Pedro puede contemplarse a través de una mirilla de un centímetro de diámetro.

S. y yo nos asomamos a la mirilla y éramos como dos condenados al purgatorio atisbando el paraíso a través de un pequeñísimo orificio. Un par de militares sujetaban una enorme metralleta haciendo guardia junto a la mirilla, añadiendo a la escena un aire inconfundiblemente kafkiano. Hay que decir que el paraíso está extrañamente hecho a prueba de fotografías. Ignoro la razón por la que no aparece la cúpula de San Pedro al fondo de la hilera de setos. Puedo aseguraros que allí estaba. Visitamos el cementerio donde están enterrados Keats y Percy Shelley. Junto a la tumba de Keats había una pareja sentada en un banco. Tenían un libro abierto, probablemente del poeta. Aquello nos pareció la media aritmética de lo solemne y lo cursi. Algo que no gustaría de ningún modo a alguien que quiso que su nombre se escribiera en el agua. Queríamos llevarle flores a Keats, pero no un ramo cualquiera. S. se puso su vestido para visitar a Keats. S. se paseó con su vestido por todo el cementerio y le llevó sus flores a Keats y a Shelley y a Juan Rodolfo Wilcock,

que era amigo de Silvina Ocampo y de Bioy Casares y de Borges y de Pasolini (Wilcock es el Caifás de el Evangelio según San Mateo)

y a un montón de artistas e ingenieros y políticos que lo único que tenían en común era no ser católicos. Y hasta los gatos disfrutaron con las flores de S., que sabe mejor que nadie que "la poesía debería ser algo grande y discreto".

domingo, 28 de marzo de 2010

Dentro

Hace unos días tuve el placer de presentar junto a Jordi Doce el nuevo libro de Óscar Curieses: 'Dentro'. Jordi y yo acompañamos al autor y a Manuel Rico, editor de Bartleby. Si 'Sonetos del útero', el anterior libro de Óscar, daba muestras de una extraña calidad este nuevo sigue por el mismo camino y -a mi parecer- lo supera. Os dejo uno de los poemas que más me ha gustado del libro:

TRADUCCIÓN DE ULISES O LOS HEROICOS CARNE
BUZOS DE PIEDRA

El lenguaje yace en lo más hondo del océano, piedra
eterna indiferente a las mareas. Lo miran las sirenas con
sus profundos ojos, y lo pronuncian cosiéndolo en la
boca de los hombres naufragados. Ellos luchan por hacerlo
aire en su lengua, carne en su viaje. Pero la palabra
siempre les alcanza, no la alcanzan ellos.
Toda lengua es un anzuelo. Todo anzuelo una pregunta.
Las sirenas gritan con labios pétreos y tiran de la lengua
de los hombres para que éstos digan su lenguaje bajo el
agua.
Ellos, que no entienden nada, balbucean el único aire
que les queda hasta ahogarse. Después, van regresando
muertos, poco a poco, hasta la superficie donde flotan y
son pasto de los peces.




martes, 23 de marzo de 2010

Conjuntos facebook


Un resultado elemental de la teoría de conjuntos afirma que el conjunto formado por las partes de un conjunto (lo que normalmente se denomina 'conjunto potencia') es siempre mayor (en términos de cardinalidad) que el conjunto inicial. Pondré un sencillo ejemplo. El conjunto formado por los tres primeros números naturales C={1, 2, 3} tiene como conjunto potencia el siguiente: P(C)={{}, 1, 2, 3, {1, 2}, {1, 3}, {2, 3}, {1, 2, 3}}, donde {} representa el conjunto vacío. En general se cumple que la cardinalidad (número de elementos) del conjunto potencia es de dos elevado a la cardinalidad del conjunto original. En fin, si aceptamos que el número de usuarios de facebook es de cuatrocientos millones, su conjunto potencia es del orden de dos elevado a cuatrocientos millones, una cifra demasiado elevada para colocarla en un post como éste. Ésa es la cifra total de posibles agrupaciones. Cuando uno crea un grupo o un evento no deja de ser una 'parte' del total de elementos (un elemento del conjunto potencia). Nace así una comunidad que no estaba constituida a priori. Dicho de otra manera, se manifiesta un elemento del conjunto potencia que latía a la espera de salir a la luz. Desde el grupo de 'personas que no tienen nada que ver con ninguna otra', que estaría formado por un único elemento hasta el sencillo 'personas que son miembros de facebook', formado por todos los integrantes de la red social, todas las pocibilidades están abiertas, a la espera de un enunciado que las agrupe. Facebook permite que la potencia de un conjunto (una comunidad diversa de seres humanos) se manifieste. Los críticos pueden decir que dicha comunidad no tiene ningún tipo de representatividad, que no constituyen una comunidad 'real'. Ni falta que hace. Las comunidades reales se constituyen (o son constituidas por el poder biopolítico) con el fin de obtener algún tipo de beneficio o rédito político o económico. Comunidades de gays y lesbianas, comunidades de padres divorciados, comunidades de mujeres maltratadas, comunidades de víctimas del terrorismo... Nada hay que objetar a la existencia de tales agrupaciones, que tienen derecho a reivindicar sus derechos y defender legítimamente sus objetivos. Es cierto que el poder (y los medios de comunicación coaligados a dicho poder) se sirven de las comunidades (muchas veces creadas a golpe de encuesta) para decidir acerca de alguna ley, o para diseñar alguna estrategia legitimadora de sus políticas. Zizek aboga (creo que con razón) por mantenerse a la sombra de dichos focos estadístos, de dicha 'visibilidad' institucional. Una comunidad virtual (y facebook provee una canidad ingente de ellas) no busca legitimarse, no busca hacerse real para solicitar reconocimiento público ni mediático. Los auténticos guerrilleros no piden el reconocimiento de ninguna institución. No renuncian a la sombra, porque saben que ésa es la condición y el fundamento de su existencia. Respetemos a los conjuntos facebook. Agrupaciones que nacen, crecen y desaparecen, como esas reuniones de amas de casa alrededor de un juego completo de Tupperware (un lugar ideal, por cierto, para conservar el vacío).

jueves, 18 de marzo de 2010

Un sueño

He soñado que visitaba tiendas de ropa y que las tiendas estaban casi vacías. Me paseaba a mi sabor entre prendas que sopesaba en la mano como si fuesen especies fascinantes sacadas de una película 3D. Dos o tres personas me acompañaban. Se conformaban con mirar. Tenían apecto de pobres. Pensé (en el sueño): "debe ser la crisis". La crisis se ha colado en mis sueños. Resulta extraño pensar en la devaluación de las pesadillas, en la miseria de los sueños húmedos. Los dependientes nos observaban desde sus mostradores como aves carroñeras. Las cortinas de los probadores estaban abiertas, revelando el espantoso vacío de los espejos reflejando la nada. Escuché la conversación de los otros clientes. Hablaban griego. Yo no sabía lo que era, así que dije una palabra. Pronucié la palabra 'escaleno'. Pero esa no valía. La palabra escaleno era griega. Así es que lo intenté con 'cocido'. Me salió un 'cocido' en perfecto castellano. Éramos españoles y éramos griegos merodeando entre montones de ropa. Quise averiguar la nacionalidad de los dependientes. Pero no me atreví. Tuve miedo.

lunes, 15 de marzo de 2010

Conjuntos Bartleby


Reconozco en Alain Badiou una de mis referencias filosóficas inevitables. Badiou cree firmemente que las matemáticas constituyen la verdadera ontología, y en eso le doy la razón. Nada puede pensarse que no sea formalizable en términos de teoría de conjuntos. Pondré un ejemplo muy básico, el de Bartleby, el escribiente. Todos conocen la fórmula bajo la que el personaje de Melville se refugiaba en su inoperancia: I would prefer not to (prefería no). Bajo esa frase pueden esconderse muchas interpretaciones (ríos de tinta han corrido al respecto y talentos como los de José Luis Pardo, Deleuze o Agamben se aplicaron a ello). A mí se me ocurre al menos una desatendida hasta el momento. Se trata de una interpretación conjuntista. El profano en teoría de conjuntos no está obligado a saber que existe un axioma, conocido como ‘axioma de regularidad’ o ‘de fundación’ según el cual (lo diré con palabras, puesto que los blogs se resisten a la notación matemática):

“para todo conjunto x distinto del vacío existe un conjunto y que le pertenece y tal que la intersección de x con y es vacía”


Dicho de otra manera: todo conjunto posee un elemento que no está incluido, es decir, disjunto. Esto que en principio puede resultar paradójico impide, por ejemplo, que existan conjuntos mal fundados, es decir, que se contengan a sí mismos. Lo que asegura este axioma es que todo conjunto posea una alteridad inalienable, elementos de los que, de algún modo, ‘no se sepa nada’. Pues bien, lo que afirmo es que Bartleby es de alguna manera uno de esos elementos, un ser que pertenece –en su caso particular- a un despacho pero que no tiene nada que ver con él. Su ‘preferiría no’ actúa como escudo contra la inclusión de sus elementos (voluntad, sicología, pasado… Vida, en definitiva) en el conjunto mayor: el despacho. Bartleby es un síntoma de la opacidad que subyace a todo conjunto, un mentis a la transparencia absoluta de la que ya habló Vattimo en su momento y que se impone como –lógicamente- imposible desiderátum de nuestros tiempos. Nuestro sistema (si esa palabra le molesta pueden usar cualquier otra, por ejemplo, ‘gran múltiplo’) ya no se conforma con la pertenencia, con usar nuestro cuerpo y nuestro tiempo durante el período laboral. Este ‘múltiplo’ insaciable desea nuestro deseo, es decir, hacerse dueño de nuestra voluntad, de nuestra sicología y de –todo- nuestro tiempo. Quiere que gocemos trabajando, que gocemos nuestro tedio (convertido en ocio por su complejo sistema de producción cultural) y que lo mostremos, para que nada de lo que nos pertenece le pase desapercibido. Frente a ello, la inoperancia Bartlebyana. Frente al múltiplo-Sistema, el múltiplo-Bartleby. El múltiplo-Bartleby impide la pertenencia del sistema a sí mismo, la transparencia total. Bartleby nos salva de la incoherencia. Respetémoslo.

jueves, 11 de marzo de 2010

Presencias

El miércoles que viene -dia 17- estaré de siete y media a nueve y media en la biblioteca de La Casa Encendida, hablando de lo que uno entiende por literatura y de lo poco o mucho que de eso hay en mi obra. Más información, aquí.

La siguiente semana, el día 25, andaré por tierras murcianas. Volveré a la facultad de matemáticas -qué cosas tiene la vida- para hablar de Lenguaje científico y lenguaje poético. Ya les contaré si supero el shock de ver a mis profesores de álgebra y de análisis matemático sentados entre el público.

martes, 9 de marzo de 2010

Complementarios




He aquí dos obras de arte, 'Reflecting pool', de Bill Viola y 'A bigger splash', de David Hockney, que de alguna manera me resultan complementarias. Como si entre ambas constituyesen una especie de artístico símbolo del yin-yang.

domingo, 7 de marzo de 2010

Devenir 'navi'

Ayer fui al fin al cine para ver Avatar. Mientras la veía se me iban ocurriendo cosas. No hay de lo que sorprenderse. Si los entendidos dictaminan que normalmente usamos un 10% de las capacidades de nuestro cerebro (más o menos como le ocurre a la CPU de mi ordenador), lo bueno de sentarse a ver películas como ésta es que dicho porcentaje se reduce a niveles mínimos, lo cual permite que el cerebro se ocupe en otras cosas sin que esto interfiera la comprensión de lo que ocurre en la pantalla. He aquí, resumidas, algunas de las cosas que se me ocurrieron (no necesariemente en ese orden) mientras veía la película:

-Joder, qué mareo (y parece que no soy el único).
-Nunca he visto una película de sobremesa a las siete de la tarde.
-¿Tienen sexo los navis? ¿Por qué no hay navis gordos?
-Esto es matar moscas a cañonazos (me refería a la realización de la película, no a los pobres navis).
-No me parece nada, pero que nada sorprendente.
-Este hombre me toma por estúpido; y debo serlo, porque aquí estoy sentado, viendo su película.
-El guión es una mezcla perfecta de mitología para bebés, new age de mercadillo hippy y LSD en dosis homeopáticas.
-Creo que el 3D sólo tiene futuro en la animación y en el porno.
-¿Por qué demonios hay que hablar de esta película?

Ahora, después de las impresiones sobre la butaca, podría decir un par de cosas sesudas al respecto, pero me atendré a mis propias palabras. He encontrado un vídeo maravilloso para aquellos interesados en devenir navis. La protagonista es una chica que no parece haber reparado en la tercera de mis observaciones:

jueves, 4 de marzo de 2010

Algunas novedades

Me gustaría desde aquí saludar la reciente aparición de dos estupendos proyectos de difusión cultural dentro de internet, algo que demuestra que la red se mueve y que a veces lo hace por muy buen camino. Me refiero al portal dedicado a la cultura Culturamas, donde podéis encontrar tanto noticias culturales como crítica de cine y literatura. El otro proyecto es la revista Presspectiva, cuyo primer número acaba de aparecer y donde se dedica un dossier a la literatura norteamericana más actual (en él aparecen firmas como las de Alberto Santamaría, Luis Bagué o Antonio José Rodríguez Soria). Ha sido un placer colaborar en dicho dossier con un artículo sobre Shelley Jackson, una autora cuyo desconocimiento resulta poco menos que imperdonable y al cual contribuye -eso sí- la total ausencia de traducciones a nuestro idioma.

lunes, 1 de marzo de 2010

Tiempo

Leo una frase de "Suicide", de Édouard Levé, que muy pronto se editará en español:

"Ton intéret pour la peinture relevait de cette suspension du temps dans la matière: au temps bref de sa réalisation, succédait la longue vie du tableau".

Esta es una de esas frases que te obligan a levantar la vista del libro. Un libro que no te haga levantar la cabeza al menos una vez, no me cabe la menor duda, es un libro que no merece la pena. Nunca he entendido la lectura como inmersión, como -más o menos- sofisticado 'regresum ad uterum'. Prefiero los libros que me sumergen y que me obligan a salir de nuevo a la superficie, a tomar aire. Prefiero los libros (y las obras de arte) como los que describe Levé a través de su personaje interpuesto, libros que, como los cuadros, concentran en sí una temporalidad que no es la estrictamente contemporánea del tiempo en el que se vive (si es que en realidad tiene algún sentido eso de vivir en el tiempo en el que se vive) y en el que se los concibe (unas horas, unos días, unos meses). Libros que son capaces de adelantarse a su tiempo y que a su vez son capaces de reflejar el pasado (quizás ese reflejarse y actualizarse del futuro en el pasado -y viceversa- no sea sino eso que llamamos presente). Libros y obras de arte que son como redes capaces de atrapar el tiempo, de replegarlo de una manera insospechada. Auténticos depósitos a los que uno acude en busca de tiempo. Eso, al fin y al cabo, de lo que están hechos la vida y los sueños.

martes, 23 de febrero de 2010

En la FNAC de Callao

Mañana día 24 presentaré en Madrid mi último libro de relatos: Atractores extraños. El acto tendrá lugar en la FNAC de Callao, a las siete de la tarde. Me acompañarán en la mesa Susana Veiga y Juan Jacinto Muñoz Rengel. Sería un gusto veros por allí.

lunes, 22 de febrero de 2010

Malos tiempos para la lírica

Bueno, lo que faltaba. Hoy me he enterado de que se ha suprimido el texto lírico y el dramático en las pruebas de selectividad. Al final no sé muy bien qué es lo que tendrá que explicar un profesor de lengua y literatura de segundo de bachillerato. Yo creo que nuestros políticos deberían ser generosos, honestos y valientes y retirarlos -a los profesores de lengua y literatura, y a los de griego y a los de latín- a las Seychelles con una buena pensión para comprar el silencio de las humanidades. Al principio algunos los echaríamos de menos. Dentro de diez años nadie se acordaría de ellos. ¿La poesía...? Ehem, ah, sí, creo que era eso que escribían los antiguos usando jeroglificos. No pasa nada, que todavía nos queda el texto narrativo que es cuando uno coloca una palabra detrás de otra y así hasta el final de línea. Lo de la poesía, en el fondo, siempre ha sido un desperdicio de papel, con tanto espacio en blanco. Y, sin embargo, hoy, créanme, mientras veía las noticias de CNN+, he escuchado a un locutor luso que apenas chapurreaba castellano decir, a propósito de las lluvias torrenciales en la isla de Madeira, que 'las calles son ríos que van a dar al mar'. Y a mí me ha parecido una frase inquietante y hermosa, al mismo tiempo.

jueves, 18 de febrero de 2010

Visita al templo

ARCO ya está aquí. Probablemente acuda este fin de semana. El stand de la editorial Ahora ofrece como novedad un libro con las serigrafías de Eduardo Pérez Salguero. Además, resonando con la obra plástica de Salguero, están los poemas de Diego Sánchez Aguilar, a lo que se añade el prólogo de un servidor. Resulta interesante este tipo de ediciones donde la obra plástica va acompañada de uno o varios textos. Creo que comparto con buena parte del público contemporáneo la desazón ante muchas de las obras expuestas en galerías y museos. Este tipo de experiencias me hacen replantearme la cacareada preeminencia de la imagen sobre el texto en los tiempos que corren. Lo cierto es que muchas de las obras exhibidas quedarían en una nadería insignificante si no fuese por el contexto, literalmente el texto que las acompaña, bien en la propia exposición (a través de las notas de pared) o en el catálogo. La topología de la iconosfera se construye a partir de textos (críticas, recensiones, catálogos...). Alguien puede pensar que no, que hay imágenes fascinantes per se, con independencia del dicurso que se elabore alrededor de ellas. Yo pondré dos contraejemplos. La Gioconda de Da vinci y El origen del mundo de Courbet. Intente el lector dejar de serlo por un momento y trate de imaginar qué sería de esas imágenes sin los ríos de tinta que han corrido a sus expensas. En el caso particular de El origen del mundo, es el propio título -un paratexto, sin duda, que, todo hay que decirlo, no se debe a su autor- el que le dota de la profundidad simbólica de la que carecería de otro modo. Sin el título, la obra de Courbet no sería sino un trasunto pornográfico para uso privado (como en realidad ocurrió durante más de un siglo), un excéntrico anacronismo para una época en la que el daguerrotipo ya podía ofrecer un mayor grado de 'realismo' que la pintura. Todo ello me hace dudar de que la iconosfera pueda generar algo tan elemental como un canon sin la ayuda del texto, mucho menos encontrar su sentido sin recurrir a este último. Y sin embargo, el texto continúa siendo la cenicienta en un mundo donde la imagen sin duda es la princesa. La imagen es lo que tiene glamour, lo que tiene aura, lo verdaderamente cool. Como en la antigüedad los templos religiosos que cifraban buena parte del imaginario de la época. Una experiencia -la visita al templo- que carecía de sentido sin la palabra sagrada que pronunciaba el sacerdote o que el propio creyente producía en su interior. Algo que de algún modo sigue ocurriendo ahora, aunque esa palabra se reduzca a un pequeño folleto que cogemos a la entrada de la exposición.

No lo duden. Si pueden, vayan a ARCO. Aunque sea para pedir la excomunión.

jueves, 11 de febrero de 2010

thenextfiveminutes.com

Últimamente se oye mucho hablar de 'ataques' de los especuladores a ciertos países (España, Grecia, etc), con lo cual se da a entender que el enemigo de esos países ya no es otro país, sino algo tan abstracto como los mercados internacionales. Me pregunto por qué no se incluyen este tipo de comportamientos financieros dentro del apartado de terrorismo y sí el quemar un contenedor en la calle al tiempo que se lanzan consignas.

Ya sé que cité esta frase hace poco en este mismo blog, pero es que últimamente parece que viene al pelo. Me refiero a aquello que decía Guattari del capitalismo: que es el único sistema donde el súbdito se ve imposibilitado para mostrar su oposición. Y es que no hay nada más sencillo que hacer callar al opositor (un particular, todo un país) con un crédito o una compra de bonos. Así es que estos señores (a los que, por cierto, nadie se atreve a poner nombres y apellidos, como mucho se habla de 'Lobby de Wall Street' o cosas parecidas) deciden que van a por un país y se ponen a ello con el pundonor y el savoir faire de un campeón del monopoly. Apuestan a que tal nación se irá a pique y casi siempre aciertan. Ríete tú del oráculo de Delfos. Lo más extraordinario de todo es que, cumplimiento de la fantasía pascaliana, el mundo se ha convertido en algo predecible. Es lo que ocurre cuando la complejidad de éste se reduce a una sola variable: el dinero. De modo que esos como-quiera-que-se-llamen saben qué ocurrirá en las próximas semanas y meses (tal vez años). Estaría bien que alguno de ellos con un mínimo de altruismo montara un blog o una página web donde nos contara al resto de mortales en qué consistirá ese futuro. Siempre es bueno estar avisado. Internet es un medio estupendo para saber qué pasó. Alguien debería usarlo para decir qué es lo que pasará, aunque sea en los próximos cinco minutos.

Ah, bueno, y disculpen tanto populismo y tanta demagogia. Es que a veces no puedo contenerme y parezco un Obama o un Chávez cualquiera.

lunes, 8 de febrero de 2010

Cosas que suscitan una irreprimible sensación de molestia

-Salir a la calle cuando llueve y descubrir que me he dejado el paraguas.
-Que la cajera me diga la cuenta y yo todavía ande metiendo las cosas en la bolsa de la compra.
-Ver cómo sube la bolsa.
-Que alguien me pida que me haga fan de cualquiera que sea la cosa.
-Las dobles filas de libros en las estanterías.
-El sonido de un globo que explota.
-La palabra 'consensuar' (cada vez que la escucho me dan ganas de disparar al primero que pasa).
-Las listas de cosas que suscitan una irreprimible sensación de molestia.

domingo, 31 de enero de 2010

Rosebud

Se lleva discutiendo desde hace tiempo acerca de la pérdida de intimidad que propician las nuevas redes sociales: Facebook, Twenty, etc. En general, el tono a este respecto es de alarma. Puede resultar denigrante el uso de la propia imagen por parte de terceros con la intención de ridiculizarlo (así ha ocurrido, por ejemplo, con profesores capturados por los móviles en las aulas). Esto forma parte de uno de nuestros zeitgeist y que podría describirse como un ansia de visibilidad absoluta. Sin embargo, creo que poco a poco hemos de ir asumiendo que nuestra 'imagen', entendiendo por ello nuestra 'captura' a través de medios de reproducción tecnológica, representará cada vez menos nuestra intimidad, precisamente porque nada habrá más disponible -salvo excepciones- para la creciente comunidad de los internautas que dichas imágenes. Estoy convencido de que, como tantas otras cosas, la intimidad no corre el peligro de desaparecer sino que, sencillamente, se metamorfoseará. Es muy posible que lo que acabe constituyendo nuestra intimidad sea aquello menos espectacularizable, la parte de nuestra existencia menos susceptible de acabar reflejada en una imagen. Quizás siempre haya sido así y ahora tomemos mayor conciencia de ello. Habría que hacerse preguntas como ésta: ¿qué es más íntimo, nuestro blog o nuestro perfil de facebook? Lo íntimo sería aquello que nadie contaría en una biografía, aquello que nunca captaría una cámara, esos gestos y acontecimientos insignificantes que sin embargo son los que verdaderamente nos conforman. Esa bola de cristal que custodia una casa sobre la que cae la nieve.