martes, 6 de enero de 2009

París (y III)

No sólo guantes. Los interiores de París están sembrados de globos. Miren esta foto, por ejemplo, y fíjense en ese objeto pegado al techo de la segunda arcada.





Sí, es Minnie Mouse, la misma. Esto no es una obra de Anish Kapoor ni estamos en el centro Georges Pompidou. Naturalmente, esto es el Louvre, aunque uno puede fantasear en plan dadaísta con el hecho de que alguien haya encontrado al fin la cabeza de la de Samotracia.

Dos días después, fotografiando la cúpula de las galerías Lafayette me encuentro con esto:



No sé si se verá bien, pero eso que está junto a la clave de bóveda de la cúpula es un Papá Noel. Por debajo que este sustituto irónico de Pantócrator, los enormes globos que representan los planetas y, más abajo, los mortales haciendo sus compras de Navidad. El equivalente de un templo románico de nuestros días.

Les dejo, por último, con otra imagen del Louvre, sin duda sorprendente. Un precedente del cómic de superhéroes:

4 comentarios:

Luna Miguel dijo...

Me encanta esta última imagen. Visionario el autor. Algo entre Cásper y el Fantasma de la Aureola.

París es así. O te escondes de tus viejos para comprarte un Gauloise o te encuentras a tu mejor amigo del instituto Massena curiosamente en la calle Federico Garcia Lorca, o descubres que la moda son los pantalones verdes “fluo”, o mueres en el intento de saltar las dobles puertas del metro…

Qué tiene ese maldito territorio dividido en arrondisements lluviosos???!!!!

Me alegra que disfrutaras el viaje.

Ahora, vuelta a la rutina. Uf.

Anónimo dijo...

Sí, va a ser duro. Eso sí, aquí hace menos frío que en París. Y se agradece.

Tucuman 846 dijo...

veo que París está siendo todo un descubrimiento, una sorpresa y un cúmulo de absurdas anticipaciones de.
Bonne année! Et jouissez de vos promenades à Paris!

José Almeida dijo...

Rutina según el DRAE: costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.

No, hombre, Javi, no volvemos sólo a la rutina. Afortunadamente. Haremos de manera rutinaria algunas acciones del día a día, pero poco más. Además, incluso en vacaciones algunas de nuestras acciones se vuelven rutinarias. Es lo que tiene el ser humano: la necesidad de no improvisar todo el tiempo, de buscar pautas.

Me han encantado los baños modernistas, espectaculares, cuesta decirlo, pero son para no salir de ellos.

Y las fotos de de esos guantes solitarios.

Espero que de vuelta alguna de tus dos manos pasara frío en el aeropuerto de Madrid, pesarosa por el abandono de un guante que decidiera independizarse en el metro parisino ante la visión de tanto camarada libertario.